
Sobre nosotros
Nuestro nombre
Anna es una referencia bíblica a Ana en el Nuevo Testamento, capítulo 2, versículos 21-38 del Evangelio de Lucas:
«21 Cuando se cumplieron los ocho días para que el niño fuera circuncidado, le pusieron por nombre JESÚS, que era el nombre que el ángel le había puesto antes de que fuera concebido. 22 Y cuando se cumplieron los días para que, según la ley de Moisés, ellos fueran purificados, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo ante el Señor 23 y cumplir con lo que está escrito en la ley del Señor: "Todo primer hijo varón será consagrado al Señor", 24 y para ofrecer un sacrificio en cumplimiento de la ley del Señor, que pide "un par de tórtolas, o dos palominos". 25. En Jerusalén vivía un hombre justo y piadoso, llamado Simeón, que esperaba la salvación de Israel. El Espíritu Santo reposaba en él 26 y le había revelado que no moriría antes de que viera al Ungido del Señor. 27. Simón fue al templo, guiado por el Espíritu. Y cuando los padres del niño Jesús lo llevaron al templo para cumplir con lo establecido por la ley, 28 él tomó al niño en sus brazos y bendijo a Dios con estas palabras: 29 "Señor, ahora despides a este siervo tuyo, y lo despides en paz, de acuerdo a tu palabra. 30 Mis ojos han visto ya tu salvación, 31 que has preparado a la vista de todos los pueblos: 32 luz reveladora para las naciones, y gloria para tu pueblo Israel". 33 José y la madre del niño estaban asombrados de todo lo que de él se decía. 34 Simeón los bendijo, y a María, la madre del niño, le dijo: "Tu hijo ha venido para que muchos en Israel caigan o se levanten. Será una señal que muchos rechazarán 35 y que pondrá de manifiesto el pensamiento de muchos corazones, aunque a ti te traspasará el alma como una espada". 36 También estaba allí Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Ana era una profetisa de edad muy avanzada. Desde su virginidad, había vivido siete años de matrimonio, 37 y ahora era una viuda de ochenta y cuatro años. Nunca se apartaba del templo, sino que de día y de noche rendía culto a Dios con ayunos y oraciones. 38 En ese mismo instante Ana se presentó, y dio gracias a Dios y habló del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén».
Consideramos a Ana un modelo de mujer que se dedicó a Dios, y que continuó ejerciendo su misión incluso en su vejez. Fue recompensada presenciando la dedicación de Cristo en el templo, recompensa que pudo recibir al estar preparada y esperando a Él.
Nuestro deseo es que todas las religiosas vivan la plenitud de su vocación hasta sus últimos días en la Tierra. Para que sean como Ana, dispuestas y esperando y sirviendo a la gloria de Dios.
Nuestros fundamentos espirituales y teológicos
El enfoque de la atención a las religiosas mayores debe tener en cuenta lo siguiente:
- ¿Qué se necesita para satisfacer las necesidades de la persona en su totalidad, física, emocional y espiritualmente?
- ¿Cómo podemos dotar a las religiosas mayores de la voluntad necesaria para responder a la llamada de Dios, abrazando el final de sus años con gran pasión por la misión?
Por eso, The Anna Trust se basa en un enfoque fundamentalmente integral anclado en un linaje teológico, que bebe del carisma de las religiosas, de la tradición social católica, de las Escrituras y de los documentos de la Iglesia, como la encíclica papal Fratelli Tutti y la nota del Vaticano La vejez: nuestro futuro. La condición de los ancianos después de la pandemia.